lunes, febrero 06, 2012

El tiempo todo lo cura...

Eso dicen, ¿no?

Siempre que algo pasa (generalmente algo malo) la gente te dice: "no te preocupes, el tiempo todo lo cura.." Puede ser. De hecho creo que sí. Lo que creo es que el tiempo no es la razón de que nos curemos. El tiempo simplemente permite poner distancia o ayuda a que podamos ver las cosas en una perspectiva distinta.

Entonces, el tiempo es un medio para la cura, pero no es la cura misma. Sí, eso me gusta más.

Pero bueno, no estoy aquí para hacer una reflexión sobre el tiempo y su relación con la cura de las cosas. No creo que pudiera empezar bien, mucho menos terminar. Mejor intento explicar el por qué de esta idea.

Los dos posts anteriores a este salieron muy distanciados entre ellos, y todavía más contra este mismo. El penúltimo post, Poesía para nada XI, es de septiembre del 2010, mientras que Cuando la palabra nunca llegó..., el anterior a este, está fechado en enero del 2011. Eso quiere decir que pasó casi un año sin post. ¿Por qué?

Fácil: la revolución que comentó en el post pasado sucedió entre noviembre y diciembre del 2010. Para enero la revolución había terminado y los habitantes de este [Cerebro en renta] estaban empezando a reconstruir. El problema es que la reconstrucción tomó tiempo, fue dolorosa y nadie tuvo ganas de decir nada por mucho tiempo.

El poeta que habita en este cerebro simplemente se olvidó de su pluma y sus hojas y decidió ayudar como podía a reconstruir. Los integrantes de Dana Rucker olvidaron sus instrumentos y se pusieron a trabajar en otras cosas. Las musas simplemente se fueron a buscar terrenos más fértiles.

Suena triste, pero no lo es. Al menos no tanto.

Lo que pasa es que todos necesitaban dedicarse a remodelar el lugar donde habitan. Las cosas cambiaron mucho durante la revolución y no hubo forma de reconstruir este lugar como era antes. Por eso en enero parecía que había avance pero realmente no... simplemente paró el movimiento que destruyó todo.

En ese momento todos tenían ánimo de seguir adelante, pero faltaba la base. El [cerebro] no estaba listo. Así que todos esperaron pacientemente.

Hoy las cosas se ven mejor. El poeta está escribiendo algunas cosas desde hace unas semanas. Los chicos de Dana Rucker están haciendo música otra vez y tal vez pronto nos quieran contar otra historia. Vamos, algunos foráneos han comenzado a llegar y parecen listos para establecerse aquí.

Entonces, como pueden ver (si estuvieron por aquí hace casi un año), el [cerebro en renta] está cambiado. No se ve igual. Tal vez ahora no se vea tan bien como antes, pero no se puede hacer mucho. Y, siendo sinceros, a los habitantes del [cerebro] y a un servidor nos gusta cómo se ve ahora. Es el reflejo de que aquí pasó algo.

Como dicen, el tiempo curó las heridas de todos los habitantes.

O como digo yo, nos permitió poner las cosas en una perspectiva distinta. Les iré contando qué pasó y que irá pasando en estos días.

El tiempo es nuestro aliado ahora.

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